Thassius estaba intranquilo, después de haber mandado la carne de las bestias al campamento de Khrassius para que la conservara, nunca se sabe cuando se va a comer otra vez, la noticia de sus exploradores de que habían visto columnas de humo por el oeste y columnas de polvo por el sur, no presagiaba nada bueno.
Sabia que su pacto de sangre con Khorne le obligaba a derramar cuanta sangre pudiera pero si Azote Khronus le había puesto al frente de la misión era por que sabia que ese deseo seria aplacado por su forma de pensar; le gustaba derramar sangre pero con garantías de no ser la suya ni la de sus subordinados. Morir por morir no era la forma mas idónea de pagar su tributo a Khorne; cuanto mas tardara en morir mas grande seria la cantidad pagada.
La decisión tenia que tomarla pronto pero nunca se había encontrado en esta situación, una cosa es comandar a los elegidos de Azote y otra muy distinta era comandar tu propio ejercito y mas sabiendo que dependiendo del resultado obtenido dependía la seguridad de Khrassius y del portal. Encima los draghars y sus guerreros comenzaban a estar inquietos, el saber que podían derramar sangre y que podrían recoger sus preciados cráneos para su dios, empezaba a calentar mas el ambiente entre ellos.
Levantándose de la dura piedra en donde estaba absorto en sus pensamiento, Thassius se acerco al circulo que habían formado conjuntamente los draghars y los guerreros; en medio se encontraba un guerrero con el torso desprotegido de la armadura luchando contra dos draghars. Al llegar al circulo sus hombres se separaron para dejarle paso y cuando llego a la altura del guerrero le soltó un puñetazo en la boca a la vez que se giraba y con el otro puño le golpeaba en el pómulo a un draghar; el otro rápidamente se separo de la pelea.
-Malditos estúpidos -dijo gritando a la vez que giraba sobre sus pies y miraba a todo el circulo-, guardad las fuerzas para nuestros enemigos......... poca utilidad le dais a Khorne si os matáis entre vosotros. A los próximos que vea peleando los meteré con los mastines, ya veremos si os matan ellos o las pulgas.
El silencio se hizo eterno, todos tuvieron el mismo pensamiento pero sabían que seria una estupidez por su parte, ya lo habían visto comandar a los elegidos y también que no se andaba con chiquitas si desenvainaba su espada o descolgaba su hacha de la espalda. Un enfrentamiento con él solamente llevaría a la muerte al osado.
Thassius comprobó enseguida que tenia control sobre sus tropas, ya fuera por miedo o por respeto, pero sabia que le acompañarían hasta la muerte si fuera preciso
-Recoged el campamento, nos vamos hacia el sur y que Khorne nos de gloria.
Sabia que su pacto de sangre con Khorne le obligaba a derramar cuanta sangre pudiera pero si Azote Khronus le había puesto al frente de la misión era por que sabia que ese deseo seria aplacado por su forma de pensar; le gustaba derramar sangre pero con garantías de no ser la suya ni la de sus subordinados. Morir por morir no era la forma mas idónea de pagar su tributo a Khorne; cuanto mas tardara en morir mas grande seria la cantidad pagada.
La decisión tenia que tomarla pronto pero nunca se había encontrado en esta situación, una cosa es comandar a los elegidos de Azote y otra muy distinta era comandar tu propio ejercito y mas sabiendo que dependiendo del resultado obtenido dependía la seguridad de Khrassius y del portal. Encima los draghars y sus guerreros comenzaban a estar inquietos, el saber que podían derramar sangre y que podrían recoger sus preciados cráneos para su dios, empezaba a calentar mas el ambiente entre ellos.
Levantándose de la dura piedra en donde estaba absorto en sus pensamiento, Thassius se acerco al circulo que habían formado conjuntamente los draghars y los guerreros; en medio se encontraba un guerrero con el torso desprotegido de la armadura luchando contra dos draghars. Al llegar al circulo sus hombres se separaron para dejarle paso y cuando llego a la altura del guerrero le soltó un puñetazo en la boca a la vez que se giraba y con el otro puño le golpeaba en el pómulo a un draghar; el otro rápidamente se separo de la pelea.
-Malditos estúpidos -dijo gritando a la vez que giraba sobre sus pies y miraba a todo el circulo-, guardad las fuerzas para nuestros enemigos......... poca utilidad le dais a Khorne si os matáis entre vosotros. A los próximos que vea peleando los meteré con los mastines, ya veremos si os matan ellos o las pulgas.
El silencio se hizo eterno, todos tuvieron el mismo pensamiento pero sabían que seria una estupidez por su parte, ya lo habían visto comandar a los elegidos y también que no se andaba con chiquitas si desenvainaba su espada o descolgaba su hacha de la espalda. Un enfrentamiento con él solamente llevaría a la muerte al osado.
Thassius comprobó enseguida que tenia control sobre sus tropas, ya fuera por miedo o por respeto, pero sabia que le acompañarían hasta la muerte si fuera preciso
-Recoged el campamento, nos vamos hacia el sur y que Khorne nos de gloria.
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