viernes, 28 de octubre de 2011

Dia 2. Separados.

Thassius estaba intranquilo, después de haber mandado la carne de las bestias al campamento de Khrassius para que la conservara, nunca se sabe cuando se va a comer otra vez, la noticia de sus exploradores de que habían visto columnas de humo por el oeste y columnas de polvo por el sur, no presagiaba nada bueno.

Sabia que su pacto de sangre con Khorne le obligaba a derramar cuanta sangre pudiera pero si Azote Khronus le había puesto al frente de la misión era por que sabia que ese deseo seria aplacado por su forma de pensar; le gustaba derramar sangre pero con garantías de no ser la suya ni la de sus subordinados. Morir por morir no era la forma mas idónea de pagar su tributo a Khorne; cuanto mas tardara en morir mas grande seria la cantidad pagada.

La decisión tenia que tomarla pronto pero nunca se había encontrado en esta situación, una cosa es comandar a los elegidos de Azote y otra muy distinta era comandar tu propio ejercito y mas sabiendo que dependiendo del resultado obtenido dependía la seguridad de Khrassius y del portal. Encima los draghars y sus guerreros comenzaban a estar inquietos, el saber que podían derramar sangre y que podrían recoger sus preciados cráneos para su dios, empezaba a calentar mas el ambiente entre ellos.

Levantándose de la dura piedra en donde estaba absorto en sus pensamiento, Thassius se acerco al circulo que habían formado conjuntamente los draghars y los guerreros; en medio se encontraba un guerrero con el torso desprotegido de la armadura luchando contra dos draghars. Al llegar al circulo sus hombres se separaron para dejarle paso y cuando llego a la altura del guerrero le soltó un puñetazo en la boca a la vez que se giraba y con el otro puño le golpeaba en el pómulo a un draghar; el otro rápidamente se separo de la pelea.

-Malditos estúpidos -dijo gritando a la vez que giraba sobre sus pies y miraba a todo el circulo-, guardad las fuerzas para nuestros enemigos......... poca utilidad le dais a Khorne si os matáis entre vosotros. A los próximos que vea peleando los meteré con los mastines, ya veremos si os matan ellos o las pulgas.

El silencio se hizo eterno, todos tuvieron el mismo pensamiento pero sabían que seria una estupidez por su parte, ya lo habían visto comandar a los elegidos y también que no se andaba con chiquitas si desenvainaba su espada o descolgaba su hacha de la espalda. Un enfrentamiento con él solamente llevaría a la muerte al osado.

Thassius comprobó enseguida que tenia control sobre sus tropas, ya fuera por miedo o por respeto, pero sabia que le acompañarían hasta la muerte si fuera preciso

-Recoged el campamento, nos vamos hacia el sur y que Khorne nos de gloria.

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