Llega el día tan esperado, el 6 de septiembre. Un domingo fuera de lo común, tienes que estar desde las 7.30 AM hasta quien sabe cuando de las PM en un torneo montado por el club al cual orgullosamente pertenezco.
El día anterior ha sido el día de la gran paliza, llevar tableros desde el almacén al polideportivo, abrir los caballetes, poner los tableros, la escenografía, las vitrinas, etc, etc; risas, piques era lo que abundaba en el ambiente. La paliza final vendría el domingo, todo el día arriba y abajo, y después ...... a desmontar y almacenar.
Por que el club hace esto???? no cobramos o mejor seria decir que el trabajo realizado no esta pagado con la entrada de los participantes. Masocas no somos, aunque últimamente rulan los tangas como los dados.....; la verdad es que la gente del club monta el torneo como al que le gustaría ir pero que no puede participar.
Me suena el despertador a las 6.15 AM, sonámbulo, me ducho, me tomo un café, dos magdalenas y al coche. Algunos ya están y otros van llegando; tomamos posiciones y a las 8 AM abrimos las puertas Ya empiezan a llegar los participantes, las caras nuevas miran con cara de sorpresa mientras que las viejas saludan, aunque todos están impacientes por empezar, yo ya lo estoy para acabar.
Después de las 9 AM me relajo, ya se han acabado de entregar las minis del concurso de pintura por parte de los participantes y se empiezan a realizar los emparejamientos y mesas para los jugadores. Me zampo el croasan mientras saboreo el cacaolat, que me trae recuerdos de mi juventud, y miro a la pista repleta de jugadores.
Cojo mi carpesano, la lista de puntuación de pintura y me lanzo a puntuar, la ventaja de realizarlo durante las partidas y no durante la comida la tomamos por que ciertos participantes escondían las miniaturas sin pintar y solo dejaban las miniaturas pintadas encima del tablero.
No es fácil puntuar en un torneo ya que no puedes hacer como en el concurso de pintura, en este ultimo puedo comparar la miniaturas entre si y aplicar una escala de valores siguiendo mis propios criterios de pintura, pero puntuar 116 ejercitos........
Algunos estaban muy fáciles ya que ni siquiera estaban imprimidos y otros solo con la imprimación.
Algunos estaban pintados pero tenían miniaturas dentro del ejercito por pintar, lo que hacia que ya no se le puntuara. Una pena por que algunos de estos participantes podían haber tenido opción a los primeros puestos de haber tenido pintado completamente su ejercito.
Me hacia gracia cuando veía un ejercito que estaba pintados por distintas manos, no a que el ejercito fuera pintado por uno y jugando con otro; sino que un regimiento lo había pintado Pele, el otro Mele, el de al lado Castañete y el comandante lo había pintado un tal Gaita,........ pero de todos modos le puntuaba.
Después estaban los pintados, los que tienen una coherencia desde el principio hasta el final; aquí si que me tenia que esforzar en ser coherente pero parco, aunque ya saben mis compañeros del club que siempre puntuó a la baja. No miro que una sola mini este bien pintada y la otra mal dentro de un ejercito, miro y puntuó en global, en conjunto. Que un jugador lleve transformaciones, la mini mas cara o la mas antigua, la mejor personalización..... a mi no me vale si todo el resto del ejercito no forma un todo. No puntuó que me guste o no, puntuó la pintura del ejercito.
Aproximadamente después de 3 horas acabo, entrego la puntuación y escucho lo de siempre: "Que cabrón, como siempre a la baja"; soy un tacaño, lo confieso.
Va pasando el tiempo y se acerca la hora de comer y tengo mas hambre como un perro viejo que soy. Mientras los participantes comen, yo me doy una vuelta, localizo las mesas en donde hay un ejercito con base escénica, solo dos, y las puntuó; doy unas cuantas vueltas mas y vuelvo a repasar algunos ejércitos y doy mi opinión sobre ellos.
A las 3 PM devoro mi bocadillo de lomo con queso, me bebo una birra y saboreo un delicioso tiramisu, que mas puedo pedir. Acabo de puntuar el concurso de pintura y entrego la lista de ganadores.
Empieza la tercera ronda y empieza el contra reloj, mientras van acabando las partidas se va recogiendo los tableros, caballetes, sillas y escenografía.
Acaba el torneo y se ven las caras de los que han disfrutado y de los que están perplejos por los resultados, se oyen todo tipo de comentarios buenos y malos, constructivos y destructivos, estos últimos de los que te da por pensar: a que narices me involucro en esto con lo bien que estoy en el sofá de mi casa.
Vamos recogiendo material, cargando el camión, limpiando la zona y mas risas y piques y los comentarios de situaciones vividas durante el torneo.
No se a que hora llegue a casa, lo que si que se es que por fin estaba en casa, viendo la película de la 1 en el sofá con mi mujer, explicándole el torneo y pensando que el año que viene, si todo va bien, vuelvo a ser masoquista por un fin de semana y vuelvo a ser juez y tacaño; aunque para tacaños los participantes.....que ninguno me soborna con billetes de 20 y 10€, usados y sin numeración correlativa.
Por que el club hace esto???? no cobramos o mejor seria decir que el trabajo realizado no esta pagado con la entrada de los participantes. Masocas no somos, aunque últimamente rulan los tangas como los dados.....; la verdad es que la gente del club monta el torneo como al que le gustaría ir pero que no puede participar.
Me suena el despertador a las 6.15 AM, sonámbulo, me ducho, me tomo un café, dos magdalenas y al coche. Algunos ya están y otros van llegando; tomamos posiciones y a las 8 AM abrimos las puertas Ya empiezan a llegar los participantes, las caras nuevas miran con cara de sorpresa mientras que las viejas saludan, aunque todos están impacientes por empezar, yo ya lo estoy para acabar.
Después de las 9 AM me relajo, ya se han acabado de entregar las minis del concurso de pintura por parte de los participantes y se empiezan a realizar los emparejamientos y mesas para los jugadores. Me zampo el croasan mientras saboreo el cacaolat, que me trae recuerdos de mi juventud, y miro a la pista repleta de jugadores.
Cojo mi carpesano, la lista de puntuación de pintura y me lanzo a puntuar, la ventaja de realizarlo durante las partidas y no durante la comida la tomamos por que ciertos participantes escondían las miniaturas sin pintar y solo dejaban las miniaturas pintadas encima del tablero.
No es fácil puntuar en un torneo ya que no puedes hacer como en el concurso de pintura, en este ultimo puedo comparar la miniaturas entre si y aplicar una escala de valores siguiendo mis propios criterios de pintura, pero puntuar 116 ejercitos........
Algunos estaban muy fáciles ya que ni siquiera estaban imprimidos y otros solo con la imprimación.
Algunos estaban pintados pero tenían miniaturas dentro del ejercito por pintar, lo que hacia que ya no se le puntuara. Una pena por que algunos de estos participantes podían haber tenido opción a los primeros puestos de haber tenido pintado completamente su ejercito.
Me hacia gracia cuando veía un ejercito que estaba pintados por distintas manos, no a que el ejercito fuera pintado por uno y jugando con otro; sino que un regimiento lo había pintado Pele, el otro Mele, el de al lado Castañete y el comandante lo había pintado un tal Gaita,........ pero de todos modos le puntuaba.
Después estaban los pintados, los que tienen una coherencia desde el principio hasta el final; aquí si que me tenia que esforzar en ser coherente pero parco, aunque ya saben mis compañeros del club que siempre puntuó a la baja. No miro que una sola mini este bien pintada y la otra mal dentro de un ejercito, miro y puntuó en global, en conjunto. Que un jugador lleve transformaciones, la mini mas cara o la mas antigua, la mejor personalización..... a mi no me vale si todo el resto del ejercito no forma un todo. No puntuó que me guste o no, puntuó la pintura del ejercito.
Aproximadamente después de 3 horas acabo, entrego la puntuación y escucho lo de siempre: "Que cabrón, como siempre a la baja"; soy un tacaño, lo confieso.
Va pasando el tiempo y se acerca la hora de comer y tengo mas hambre como un perro viejo que soy. Mientras los participantes comen, yo me doy una vuelta, localizo las mesas en donde hay un ejercito con base escénica, solo dos, y las puntuó; doy unas cuantas vueltas mas y vuelvo a repasar algunos ejércitos y doy mi opinión sobre ellos.
A las 3 PM devoro mi bocadillo de lomo con queso, me bebo una birra y saboreo un delicioso tiramisu, que mas puedo pedir. Acabo de puntuar el concurso de pintura y entrego la lista de ganadores.
Empieza la tercera ronda y empieza el contra reloj, mientras van acabando las partidas se va recogiendo los tableros, caballetes, sillas y escenografía.
Acaba el torneo y se ven las caras de los que han disfrutado y de los que están perplejos por los resultados, se oyen todo tipo de comentarios buenos y malos, constructivos y destructivos, estos últimos de los que te da por pensar: a que narices me involucro en esto con lo bien que estoy en el sofá de mi casa.
Vamos recogiendo material, cargando el camión, limpiando la zona y mas risas y piques y los comentarios de situaciones vividas durante el torneo.
No se a que hora llegue a casa, lo que si que se es que por fin estaba en casa, viendo la película de la 1 en el sofá con mi mujer, explicándole el torneo y pensando que el año que viene, si todo va bien, vuelvo a ser masoquista por un fin de semana y vuelvo a ser juez y tacaño; aunque para tacaños los participantes.....que ninguno me soborna con billetes de 20 y 10€, usados y sin numeración correlativa.
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