Mostrando entradas con la etiqueta Campaña WH. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Campaña WH. Mostrar todas las entradas

viernes, 28 de octubre de 2011

Dia 9. Con La Miel En La Boca.

Kharssius recibió la noticia de los exploradores con satisfacción.

Por fin puedo demostrar a Khronus que soy merecedor de las tropas que me dio y Khorne me dará poder -pensaba mientras cogía una copa y se bebía el liquido de su interior, una mezcla fermentada a base de vino y sangre que destilaban los draghars.

En ese momento entraba en su tienda el campeón de sus caballeros.

-Señor -dijo a la vez que apoyaba una rodilla en el suelo y bajaba la mirada.

-Habla -respondió Kharssius.

-Señor -trago saliva esperando la reacción de su jefe- Mhancius me ha dicho que os diga que no seria provecho atacar ahora el campamento imperial, que no sabes de cuantas tropas disponen y de que manera esta protegido el campamento.

-Maldito sea y que los vientos del norte se lo lleven -grito mientras tiraba la copa aun llena al exterior de la tienda.

-Quien es él para darme ordenes a mí, maldito sea, atacare el campamento diga lo que diga.

-Señor -el campeón en ese momento apoyo su mano en su espada por si tenia que defenderse- aunque ha sido Mhancius el que me lo ha dicho, ha sido cosa de Khronus. Se ha puesto en contacto con el campamento por medio del portal y al preguntar sobre como iba la campaña fue lo que nos ordeno que os dijera.

-Matare a Mhancius por haberme traicionado -gritaba mientras daba patadas al escaso mobiliario de la tienda.

-Señor, no ha sido Mhancius. Por lo que se, el portal también actúa como un gran ojo que todo lo ve para aquel al que sirve, en este caso a Khronus -dijo el campeón a la vez que miraba a Kharsius para tener controlado sus movimientos.

-Maldita brujería, como puede utilizar un siervo de Khorne tal artilugio -se preguntaba en voz alta viendo que le era imposible actuar contra el campamento por voluntad propia.

-Muy bien, reúne a los campeones y caudillos y diles que nos desplazaremos hacia el oeste rodeando el campamento imperial y sin perder el contacto con el nuestro - dijo.

Cogió la botella del liquido anterior y dándole varios tragos la arrojo al suelo.

-Ensillad mi caballo y que los caballeros me sigan - ordeno a un guerrero. Haber si nos topamos con alguna unidad de humanos y aplaco mi sed -pensó mientras se ponía su casco y agarraba su escudo.

Dia 8. Nuevos Amigos.

Kharssius esperaba impaciente la llegada de sus exploradores mientras no dejaba de pensar en Mhancius y en su actitud. Siempre había escuchado a Thassius hablar de Mhancius como de un formidable guerrero, de alguien de quien se podría estar seguro de que no te traicionaría, de un fiel devoto de Khorne y de ser un hombre de confianza de Khronus pero tal sumisión no la esperaba. Si él hubiera estado en el pellejo de Mhancius no hubiera aguantado tanto ni se hubiera humillado de esa forma y menos delante de todos sus hombres; antes lo hubiera matado o viceversa. Si sus hombres le pierden el respeto y lo matan no seré yo el que lo defienda -pensó.

-Señor, acaban de llegar los exploradores -le dijo un guerrero.

-Hazlos pasar -respondió.

-Señor mas haya hemos encontrado agua, no sabemos si se trata de un lago o un mar -dijo el explorador señalando detrás de unas colinas.

-¿No habéis vistos ningún asentamiento?, ¿señales de movimientos de tropas?.

-No señor, no hemos visto nada.

-Muy bien, id al campamento y decidle a Mhancius que cambiaremos de dirección, iremos hacia el sur bordeando la costa y que intentaremos no alejarnos mucho del portal por si tenemos que enviar o recibir refuerzos.

-Levantad el campamento mañana al amanecer, partimos hacia el sur.

Mhancius estaba sentado en la puerta de su tienda, afilando su puñal. Maldito Kharssius, le ha faltado muy poco para que le rebanara el hígado -pensaba. Ya me aviso Thassius de su carácter y Khronus de lo que me esperaba junto a él, pero bueno, ordenes son ordenes y le temo mas a Khronus que al prepotente de Kharssius.

Mientras pensaba y afilaba su puñal miraba de un lado a otro del campamento como estaban sus tropas. Se percato de que cuando se encontraba con la mirada de algún draghars, esté le miraba con desprecio, como con ganas de poner en tela de juicio su jerarquía.

Me parece que voy a tener que ponerme serio antes de que el rebaño se desmadre -pensó- mientras se levantaba.

Enfundo su puñal y se puso a andar por el campamento y sucedió lo inevitable. Cuando se disponía a ver a los brujos después de revisar las defensas, un enorme draghars se tropezó con él derribandolo.

-No ves por donde andas perro -grito Mhancius mientras se levantaba.

-Te refieres a mí, monigote -le contesto el draghar que le sacaba tres cabezas de altura, acercándose a Mhancius espada en mano.

Mhancius desenvaino su espada y espero el envite del enorme bárbaro; este le lanzo una estocada que Mhancius esquivo dándole con la hoja de la espada en el rostro. El draghar lo intentaba pero Mhancius seguía esquivándolo y volviendole a golpear con la hoja de la espada con golpes certeros. Todo el campamento esta hipnotizado viendo el combate y esperando el trágico final del bárbaro, al principio alababan al osado draghar pero con el paso del tiempo ya se veía venir el final.

El enorme draghar estaba resoplando como un toro furioso, sangrado por múltiples sitios y escupiendo sangre y algunos dientes del ultimo golpe en su cara, Mhancius esta delante espada en mano sin mostrar ningún rastro de fatiga.

El campamento enmudeció cuando el draghar se lanzo hacia Mhancius con la espada en alto sujetada por ambas manos, Mhancius espero el envite y se aparto rápidamente golpeando con su pie en la rodilla del draghar, haciendo que este se derrumbara en suelo. Mhancius se giro rápidamente y de un salto se puso encima de la espalda le draghar y con el filo de la espada fue a golpearle a la cabeza.

Todos vieron caer la espada sobre la cabeza del draghar y ver salir un chorro de sangre del lateral de la cabeza y la inmovilidad total de este mientras Mhancius estaba encima de la espalda.

Mhancius se bajo del cuerpo del draghar, se agacho para cojer la cabeza del draghar y al levantarla todos vieron que la cabeza seguía unida al cuerpo, solamente le faltaba todo el lado derecho de la cara incluida oreja que permanecía estando en el suelo unida a la mejilla parte del cuero cabelludo y ceja.

-¿Alguno mas quiere empujarme?, ¿alguno mas cree que no soy digno de estar al mando?, ¿alguno mas quiere probar mi acero? -gritaba Mhancius- mientras miraba a todos los draghars y guerreros que estaban rodeando la pelea y manteniendo la espada apoyada en el cuello del draghar.

El circulo se fue dispersando murmurando la pelea que habían presenciando y preguntándose todos si habían juzgado demasiado pronto la autoridad de Mhancius.

-Levántate perro -le dijo al draghar.

Este se levanto mirándolo con el ojo que le había quedado intacto y se arrodillo.

-Señor, no soy digno de estar bajo su mando.

-Levántate y ves a que te curen esa herida. Has luchado como un valiente y prefiero mas que laves tu honor matando enemigos en el campo de batalla que bajo el filo de mi espada, le servirás mas a Khorne de esta forma.

Se despertó por la noche al oír un ruido en la puerta de su tienda, agarro su espada y se acerco lentamente. Separo lentamente las pieles y vio una enorme figura recostada en la tienda con una enorme hacha roncando, lo reconoció enseguida. Creo que puedo dormir tranquilo -pensó- mientras se volvía a echar sobre las pieles; pero no te puedes fiar -volvió a pensar y sonriendo agarro su espada y se la puso a su costado.

Dia 7. Nuevas Posiciones.

Kharssius se frotaba las manos al ver su nueva posición; Khorne cuenta conmigo -pensaba. El que le cambiaran de territorio, gracias al portal y a los dos esbirrios magos que lo manejaban, y que Azote Khronus le habia mandado mas tropas y con ellas también a Mhancius hacia presagiar buenos augurios. A Mhancius no lo conocía mucho y las únicas referencias de él eran de Thassius.

-Una pena lo de Thassius -oyó Kharssius que le decían por la espalda-, no llego a comandar bien su ejercito y menos conformar a Khronus, aunque creo que Khorne estará contento con tener su cráneo junto a su trono.

-Ten cuidado con lo que dice perro -dijo Kharssius a la vez que se giraba con su mano apoyada en la espada.

Al ver quien era, se quedo mirando fijamente a los ojos enrojecidos del individuo.

-Hola Mhancius -le dijo seriamente.

-Kharssius - le respondió a la vez que bajaba la cabeza a modo de saludo y de respeto. -Siento que te ofendiera mi comentario -dijo Mhancius.

-No me a ofendido tu comentario pero si que lo haya escuchado otros -respondió a la vez que miraba a un par de draghars con cara de pocos amigos.

-Los ánimos están muy bajos y solo falta que escuchen este tipo de comentarios para que todavía se hundan mas en su propia miseria -volvio a responder.

-Y mas todavia si mandas cortas la cabeza a un puñado de perros -respondió Mhancius.

Kharssius se lo quedo mirando fijamente a los ojos y Mhancius le aguanto la mirada.

-No es que vea mal lo que mandantes hacer a los draghars pero tal como estaba la cosa no era el momento apropiado -volvió a responder Mhancius.

-Te recuerdo que el que manda aquí soy yo -dijo Kharssius apretando el mango de su espada como si la quisiera desmenuzar -y que tu estas aquí para obedecerme.

-No pongo en duda tus dotes de mando solamente..........-respondía Mhancius cuando le corto la palabra Kharssius.

-Bastante ya tengo con lo que ha pasado para que encima vengas tu y me digas como tengo que hacer las cosas - gritaba Kharssius ante la mirada atenta de todo el campamento y empezaba a desenvainar la espada cuando noto la mano de Mhancius que aguantaba su mano a la vez que se arrodillaba y decía en voz alta.

-Señor yo no cuestiono su mando, si le he ofendido pongo en sus manos mi destino y que Khorne le guié.

Kharssius se paro en seco al ver el gesto y la disculpa de Mhancius.

El campamento se había parado pendiente de lo que fuera a pasar, muchos esperaban que Mhancius le plantara cara pero no esperaban esa sumisión.

-Levanta y sígueme -grito Kharssius a la vez que le daba la espalda a Mhancius.

Mhancius se levanto y siguio a Kharssius, todo el campamento seguía expectante.

-Que hacéis malditos perros??? Que cojones miráis??? -grito Kharssius poco antes de entrar en su tienda, separando las pieles que hacían a modo de puerta haciendo un gesto a Mhancius para que entrara primero.

Cuando Mhancius entro en la tienda y se giro para ver a Kharssius, se encontró con el puño de esté en la cara, notando como se le rompía el labio y un diente.

-Maldito hijo de perra -le grito Kharssius a la vez que le volvía a lanzar otro puñetazo pero este fue parado por la mano de Mhancius, que ya no estaba desprevenido y notando una leve presión por la comisura lateral de su armadura.

-Kharssius, tranquilízate y no hagas que me olvide de quien esta al mando -le dijo Mhancius a la vez que retiraba el puñal de la comisura lateral de la armadura.

-No lo vuelvas a hacer, por que a la próxima vez no seré tan misericordioso -le volvió a decir.

Kharssius se separo rápidamente y se quedo mirando fijamente a su adversario. Maldito bastardo -pensaba- no he visto como desenfundaba el puñal, ¿o ya lo llevaba en la mano cuando entraba en la tienda?.

-Que es lo que pretendes??-le dijo Kharssius.

-Servirte, según como me a ordenado Khronus.

-Muy bien, yo partiré con el grueso del ejercito para explorar el terreno y ver si encontramos lo que encomendó Khronus a Thassius. Tu te quedaras con un pequeño ejercito para salvaguardar el portal y a esos dos perros de magos que se ocupan de abrirlo y cerrarlo -dijo Kharssius esperando que Mhancius le contradijera.

-Lo que tu digas Kharssius - y sin mas se fue de la tienda.

-Maldito bastardo, que pretende?? -dijo en voz alta.

Llamo a su campeón.

-Prepara el ejercito, mañana partimos hacia el sol.

Dia 6. Malas Noticias.

Kharssius no daba crédito a lo que le relataban los supervivientes de la batalla, un puñado de bárbaros.

¿Como puede ser que Khorne les abandone tan pronto?, ¿Tal vez por la indecisión y tardanza de Thassius para atacar?, ¿O acaso Khorne había puestos los ojos en él?, pensaba Kharssius.

Vuelve a relatarme los hechos de la batalla, le pedía al caudillo de los jinetes bárbaros draghars:

-Señor no me complace volver a relatar los hechos.

-Hazlo perro o tu cabeza penderá de mi estandarte- grito Kharssius.

-Como mandéis.

El caudillo de los jinetes carraspeo a la vez que miraba al caudillo de los barbaros que habia regresado después de la batalla. Pobre -pensó- tenia que haber muerto en la batalla y no haber vuelto.

-Cuando llegamos al campo de batalla desplegaron los mastines por el franco izquierdo, en el centro los guerreros y Thassius franqueados por las dos unidades de bárbaros y por el franco derecho desplegamos nosotros.

-Delante de los mastines habían desplegados unos jinetes goblins; delante de los guerreros y bárbaros había una unidad de orkos, una unidad de goblins con su feo chaman y un gigante, y frente a nosotros una unidad de jinetes goblins.

-El Chaman se achicharro al intentar hacer algún sucio hechizo, cosa que seguramente complació a Khorne.

-Los mastines avanzaron y mientras una unidad se enfrentaba a los jinetes goblins, la otra intentaba rodearla pero el combate lo ganaron los goblins que posteriormente arrasaron a dicha unidad. La otra unidad de mastines al ver esto se retiro, pero después al ver que se alejaban los jinetes goblins se reagruparon y volvieron al ataque intentando llegar para cargar contra los orcos, pero al no poder hacerlo hicieron frente a los jinetes goblins que volvían; al final los mastines los vencieron.

-Los bárbaros y los guerreros a mando de Thassius avanzaron hacia el centro piel verde. Por culpa de lo estrecho del paso, avanzaron primero una unidad de bárbaros, después los guerreros con Thassius y detrás la otra unidad de bárbaros. Los bárbaros fueron atacados por el gigante y aguantaron su miedo inicial, los goblins se acercaron y soltaron a su fanático cruzando la unidad de guerreros y quedándose delante de los bárbaros dando vueltas como un loco mientras que los orcos se posicionaban sin dar la cara. Los guerreros y Thassius cargaron contra los goblins pero los muy cobardes huyeron y los orcos lo aprovecharon para cargar a los guerreros por el franco los cual provoco que los guerreros y Thassius se retiraran por perder el combate y se vieran empotrados contra el gigante y la pared de un monte, pereciendo todos.

-Los bárbaros enfrentados al gigante aunque aguantaron heroicamente fueron destrozados por el gigante y esté envalentonado cargo contra la otra unidad de bárbaros, esto se cagaron y dieron marcha atrás, después se reagruparon volvieron a la carga pero una vez trabaron combate con el gigante perdieron y se volvieron a retirar.

Al oír esto Kharssius desenvaino su espada y con un golpe rápido y certero le corto la cabeza al caudillo bárbaro, se volvió a sus guerreros y les dijo.

-Coged el cuerpo de este perro y tiradselo a los mastines que han regresado de la batalla y con los otros bárbaros que cobardemente han regresado haced lo mismo; sus cabezas guardadlas que penderán de mi tienda.

Kharssius se giro al caudillo de los jinetes, el cual estaba sudando haciendo insoportable el olor en la tienda para alguien no acostumbrado.

-Perro sigue.

-Señor, mi unidad tenia la intención de cargar por la retaguardia del centro enemigo pero fuimos cargados por los jinetes goblins. Khorne estuvo de nuestro lado y los masacremos. Avanzamos para reforzar el ataque central de nuestras tropas pero cuando llegamos ya había ocurrido la desgracia. Le lanzamos un ataque con nuestras hachas al gigante antes de que atacara a la segunda unidad de bárbaros pero no le hicimos nada, al ver que los goblins estaban cerca los hostiguemos hasta hacerlos salir de la batalla. Después cargamos contra los orcos por el flanco pero no pudimos acabar con ellos y ambos nos retiramos.

-Malditos pieles verdes, acabare con ellos, -gritaba Kharssius mientras iva destrozando el poco mobiliario que había en la tienda con su espada.

-Tu perro, vete antes de que me arrepienta -le grito al caudillo en la oreja provocando que le saliera un fino hilo de sangre.

-Coge el cuerpo de Thassius y los cráneos de nuestros valientes, atraviesa el portal y cuéntale todo a Azothe Khronus. Dile que esperare sus ordenes mientras preparo las defensas del portal.

Cuando Kharssius se quedo solo en la tienda, se sonrió mientras pensaba: un estorbo menos para mi camino a la gloria frente a Khorne.

Dia 5. Por Fin.

Thassius esta vez lo tenia muy claro, no podía volver a decirle a sus tropas que se replegaran hacia otra posición y puede ser que hasta Khorne estuviera vigilando sus movimientos.

Era hora de derramar sangre y recoger los cráneos para el trono de Khorne.

Mando a sus mensajeros para que le comunicaran a Kharssius que iban a presentar batalla a un ejercito de pieles verdes; si la batalla acababa en victoria faltaría saber que haría el otro ejercito de pieles verdes que se acercaba por el sur hacia el portal. Si acababa en derrota tendría que ser el que protegiera el portal.

Menos mal que le deje unos cuantos guerreros- pensó Thassius

Dia 4. La Larga Espera.

Cada vez mas amenudo las tropas de Thassius se peleaban entre ellas, si no era por una razón era por otra y Thassius lo permitía hasta que peligraba la vida de algunos de los participantes en la pelea, entonces entraba en ella y con la hoja de su espada golpeaba a sus hombres mientras les gritaba:

-Malditos perros, derramad vuestra sangre frente al enemigo y no entre vosotros. Muertos no me serveis ni a mí ni a Khorne.

Le habían llegado noticias de Kharssius y de sus exploradores bárbaros, por un lado un ejercito se acercaba hacia la posición de Kharssius y por otra la llegada a través del portal de un pequeño contingente de tropas.

Bueno, la cosa parece mejorar, pensaba en sus adentros, podre reforzar el ejercito de Kharssius y el mio a la vez; dejar un puñado de draghars vigilando el portal no me hacia gracia aunque le tuviera que hacer ver lo contrario a Kharssius.

-Dadle este mensaje a Kharssius y que lo siga al pie de la letra -le dijo a los exploradores- : coje a 10 de los guerreros venidos del portal y lo demás mándalo a mi próxima posición. Si ese ejercito se acerca demasiado a tu posición, yo le haré frente.

Dia 3. Reculeo.

Thassius no se inmuto cuando los exploradores draghars le comunicaron que se aproximaban tropas, ya estaba habituado a las jugarretas que ejercitaba Tzeentch contra Khorne, para que ahora le pillara desprevenido.

No me extrañaría que estuviera detrás de todo esto, pensaba en su interior, siempre actúa para su propio interés sin importarle para nada el resultado final, siempre obtiene beneficio.

Seguía teniendo el mismo problema sin conseguir un pequeño respiro y para mayores males sus hombres empezaban ya a impacientarse demasiado para su gusto. Reunió a sus hombres alrededor suyo.

-Vamos a buscar un terreno en donde podamos hacer frente a nuestros enemigos -dijo

-Señor, creo que deberíamos ya hacerles frente y derramar su sangre por la tierra para la bendición de Khorne- dijo el campeón de sus guerreros.

Se oyó un enorme susurro de todos los presentes.

-Tienes toda la razón- respondió Thassius- y por eso vamos a buscar el terreno mas propicio, si subimos por nuestros pasos tendremos las espaldas cubiertas por Khrassius y así tendremos menos frentes expuestos. Bien sabéis que es preferible derramar la sangre de otros antes que la nuestra.

Dia 2. Separados.

Thassius estaba intranquilo, después de haber mandado la carne de las bestias al campamento de Khrassius para que la conservara, nunca se sabe cuando se va a comer otra vez, la noticia de sus exploradores de que habían visto columnas de humo por el oeste y columnas de polvo por el sur, no presagiaba nada bueno.

Sabia que su pacto de sangre con Khorne le obligaba a derramar cuanta sangre pudiera pero si Azote Khronus le había puesto al frente de la misión era por que sabia que ese deseo seria aplacado por su forma de pensar; le gustaba derramar sangre pero con garantías de no ser la suya ni la de sus subordinados. Morir por morir no era la forma mas idónea de pagar su tributo a Khorne; cuanto mas tardara en morir mas grande seria la cantidad pagada.

La decisión tenia que tomarla pronto pero nunca se había encontrado en esta situación, una cosa es comandar a los elegidos de Azote y otra muy distinta era comandar tu propio ejercito y mas sabiendo que dependiendo del resultado obtenido dependía la seguridad de Khrassius y del portal. Encima los draghars y sus guerreros comenzaban a estar inquietos, el saber que podían derramar sangre y que podrían recoger sus preciados cráneos para su dios, empezaba a calentar mas el ambiente entre ellos.

Levantándose de la dura piedra en donde estaba absorto en sus pensamiento, Thassius se acerco al circulo que habían formado conjuntamente los draghars y los guerreros; en medio se encontraba un guerrero con el torso desprotegido de la armadura luchando contra dos draghars. Al llegar al circulo sus hombres se separaron para dejarle paso y cuando llego a la altura del guerrero le soltó un puñetazo en la boca a la vez que se giraba y con el otro puño le golpeaba en el pómulo a un draghar; el otro rápidamente se separo de la pelea.

-Malditos estúpidos -dijo gritando a la vez que giraba sobre sus pies y miraba a todo el circulo-, guardad las fuerzas para nuestros enemigos......... poca utilidad le dais a Khorne si os matáis entre vosotros. A los próximos que vea peleando los meteré con los mastines, ya veremos si os matan ellos o las pulgas.

El silencio se hizo eterno, todos tuvieron el mismo pensamiento pero sabían que seria una estupidez por su parte, ya lo habían visto comandar a los elegidos y también que no se andaba con chiquitas si desenvainaba su espada o descolgaba su hacha de la espalda. Un enfrentamiento con él solamente llevaría a la muerte al osado.

Thassius comprobó enseguida que tenia control sobre sus tropas, ya fuera por miedo o por respeto, pero sabia que le acompañarían hasta la muerte si fuera preciso

-Recoged el campamento, nos vamos hacia el sur y que Khorne nos de gloria.

Dia 1. En Tierras Extrañas.

Una vez que todas las tropas estaban desplegadas y que los jinetes bárbaros volvieron de reconocer el terreno, Thassius y su brazo derecho Kharssius decidieron montar el campamento base al lado del portal para defenderlo y poder ir recibiendo tropas de refresco.

-Bien sabes Kharssius que es fundamental que defiendas el portal cueste lo que cueste, derramar sangre se que no es problema nuestro ya que es nuestra ofrenda para Khorne pero hasta que no tengamos suficientes tropas no podremos arriesgarnos. No conocemos el terreno ni sabemos que enemigos tendremos para derramar su sangre.

-Pero Thassius, solamente me dejas con un puñado de bárbaros y....

-Kharssius!!!!!!!!! no menosprecies a los draghars; es la mejor tribu de norses, aman a Khorne por encima de su propia vida y Azote Khronus confía en ellos...............No vuelvas a referirte a los draghars como a simples bárbaros o tu cráneo decorara mi tienda.

Kharssius apreto la mandíbula y los puños de ira pero la penetrante mirada de Thassius y el ruido del guantelete en la empuñadura de su hacha le "tranquilizo".

Thassius confiaba en Kharssius, habían luchado codo a codo en múltiples batallas, habían derramado sangre conjuntamente y depositado cráneos en montículos en ofrenda a Khorne; pero sabia que el ultimo sacrificio, la ultima ofrenda para Khorne debía de ser la muerte de uno de los dos en duelo, hoy no iba a ser ese día.

Con su mano derecha agarro el hombro de su amigo

-Kharssius.........., centrémonos en proteger el portal, yo iré recorriendo el territorio hasta que de con lo que nos pidió Azote Khronus para Archaon,........ aunque yo estoy mas por la labor de derramar la máxima sangre posible para Khorne y tranquilo que tan pronto venga Mhancius te relevara y podrás venir conmigo o bien ir por tu propia cuenta.

Kharssius solto un ligero gruñido a la vez que se le notaba una deformada sonrisa en su rostro desfigurado de múltiples batallas.

-De acuerdo Thassius.

-Perro viejo, exclamo Thassius a la vez que le daba una palmada en el hombro. Vamos a comer que mañana nos separaremos.